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OPORTUNIDADES DESAGRADABLES

Frente a una misma situación, cada quien reacciona de diferentes maneras. Esto tiene mucho más que ver con nuestra historia y con los programas que se fueron construyendo en nuestra mente, que con la supuesta realidad que se expresa allí afuera.
 
Ahora bien, esos programas se configuraron, en la mayoría de los casos, sin nuestro consentimiento. Es decir que ingresaron y se instalaron en nuestra mente en base a las experiencias vividas y desde la observación y aprendizaje con el ejemplo de nuestros mayores. Pero esto no tiene porque continuar así. Ahora podemos poner un poco de conciencia a la situación y transformarnos en vigías de nuestros propios pensamientos.
 
Imagínate por un instante que se largó a llover. Mucha gente, frente a este hecho reacciona mal. Pero esas reacciones son precedidas por dichos programas que a su vez provocan emociones y desencadenan comportamientos y actitudes hacia un mismo, hacia el otro y hacia el entorno en general.
 
Ejemplo:
 
    1.  ¡Uy que bronca me da… seguro que se cancela el partido de futbol con mis amigos!
    2. ¡Por Dios… con esta humedad maldita mi cabello se pone imposible!
    3. ¡Qué horror! ¡Seguro que ahora salimos con el auto y está todo el tránsito atascado!
    4. ¡La lluvia me pone mal, me entristece!
 
Y así podríamos continuar enumerando un sinfín de expresiones comunes que podemos escuchar en la gente.
Ahora bien, quizás tu me digas que ese no es tu problema porque te encanta la lluvia. En ese sentido yo te respondería que no te quedes atascado en el ejemplo que te he dado. ¡Ve más allá!, Intenta capturar la idea. Identifícate con ella y no te quedes solo con las anécdotas.
¡Las historias que aquí narro tómalo únicamente a modo de ejemplo!
 
Quizás te sirva para observar algo similar en ti, pero que ocurre en otros acontecimientos o situaciones de tu vida.
El reto consiste, entonces, en cambiar el foco para obtener resultados diferentes.
 
1️⃣ El primer paso: Auto-observarse.
 
    1. ¿Cómo reaccionas ante la adversidad o cuando algo no sale como lo esperabas?
    2. ¿Qué te dices? ¿En qué tono lo haces?
    3. ¿Qué sientes? ¿Con qué intensidad lo sientes? ¿Dónde lo sientes?
 
Tomar consciencia de todo esto es importante, porque empiezas a comprender como se ejecuta un programa dentro tuyo y que te provoca.
 
2️⃣ El segundo paso: Cambiar el foco de atención y pensar en todas las posibilidades nuevas que se nos abren, frente a ese acontecimiento inesperado. Volvamos al ejemplo de la lluvia y pregúntate:
 
    1. ¿Qué cosas diferentes puedes hacer y que tienes postergado?
    2. ¿Con quién puedes compartir ese momento?
    3. ¿Con qué o con quién te podrías poner al día? ¿Retomar el gimnasio?, ¿Las lecciones de ingles? ¿Compartir un grato momento en pareja? ¿Terminar de leer esa atrapante novela que aún la tienes por la mitad?…
 
Es decir, empieza a centrarte en lo que quieres conseguir a partir del nuevo hecho. En tal sentido, interprétalo como un desafío y no como un problema. Deja de quejarte y de seguir pensando en lo que no quieres y empieza a pensar en todas aquellas nuevas oportunidades que se te abren y que puedes conseguir. ¡La clave esta en que sepas adaptarte! 
 
Quizás cambiando tu foco de atención te lleve a nuevas conversaciones intrapersonales, que a su vez te permita relacionarte mejor con tu entorno y en consecuencia, lo que al principio parecía una dificultad, termina siendo una verdadera y nueva oportunidad.
Para cerrar quiero compartir contigo un vídeo en donde te narro una experiencia que ocurrió en mi infancia. Y que visto a la distancia hoy lo percibo como una verdadera bendición.
 

 
Espero que lo disfrutes.????
Un fuerte abrazo

Juan Carlos Lorenzo
Psic. Social, Master Trainer en PNL y Coach Ontológico

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