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Miedo de hablar en público

¿Qué es el miedo a hablar en público?

La ansiedad a hablar en público es un miedo bastante extendido entre la población en general. Se estima que entre un 20-85% de la población experimenta más o menos ansiedad al hablar en público.Los síntomas que se suelen experimentar en las situaciones que requieren hablar en público incluyen temblor, sudoración de las manos, aumento de la frecuencia cardíaca, dificultad al respirar, tensión muscular, ruborización, pérdida de concentración, molestias gastrointestinales, voz inestable, y/o vértigo. Estas situaciones suelen ir acompañadas de diversos miedos, como a ser evaluado negativamente por los demás, a no ser escuchados, a no tener nada interesante que decir, y/o a la vergüenza que se pueda pasar frente a un posible fracaso.

¿Por qué se produce?

Puede que la primera vez que una persona se enfrente a un público esta ansiedad le supere, algo completamente normal ya que como en cualquier otra destreza, es necesaria la práctica para alcanzar un nivel de actuación óptimo. Es posible que más adelante la persona tenga presente esta reacción en posteriores actuaciones y eso le haga reexperimentar los síntomas sin dar lugar a que pueda controlarlos.

Por otro lado puede que la persona no haya tenido una experiencia
previa de hablar en público, pero puede haber observado esa ansiedad en alguna situación de su vida diaria, como en la exposición en clase de algún compañero. Es posible que esa persona reviva los síntomas como suyos al recordar ese momento cuando deba afrontar una situación similar en el futuro.

¿Qué se puede hacer?

Las siguientes estrategias te pueden servir de orientación a la hora de abordar la ansiedad a hablar en público. Su utilidad se puede incrementar dependiendo del compromiso de cambio que adoptes.

Procura exponerte ante las situaciones que te produzcan ansiedad. Este paso es necesario para abordar la ansiedad en general, y con ello ir acrecentando día a día tus habilidades para manejarla. Si esperas al momento de «la gran exposición», como un examen oral, para ponerte delante de un público, es probable que no tengas el mismo éxito que si has estado practicando en situaciones cotidianas, como preguntar la hora por la calle a un grupo de personas, pedir un café «a voces» en un bar lleno de gente…
¿Qué queremos contar? Esta es la pregunta o punto de partida de cualquier discurso. Todo mensaje nace de una necesidad de comunicar algo. Utilizar mensajes simples y huir de extensos mensajes cargados de contenido ayudará al interlocutor a digerir de forma mucho más rápida lo que queremos transmitir y siempre será más fácil de recordar.

La audiencia condiciona el mensaje. Hablar ante un grupo de adultos es muy diferente a dirigirse a un público formado por niños. Conocer quién es el receptor del mensaje es fundamental a la hora de construir un contenido. Al hablar existe cierta tendencia a dirigir la voz siempre a un mismo sector, normalmente el que se sitúa justo en frente. Para evitarlo, hay que proyectar la voz e intentar mantener contacto visual no sólo con esa parte de la audiencia sino también con los que se sitúan a los lados.

PNLCBA CONSULTORA

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