17 Ene CONSECUENCIAS DE VIVIR Y TRABAJAR EN ENTORNOS DESORDENADOS
Sabiamente Emmanuel Kant, considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal, decía que el exterior es la reflexión del interior. De manera tal que, si mental y emocionalmente nos sentimos abarrotados, esto se verificará en nuestro entorno. O dicho de otro modo, si nuestro entorno y los espacios personales están desordenados, nos están mostrando y/o reflejando cuan desordenados estamos internamente.
Un estudio publicado por el Journal of Environmental Psychology, que es una revista dedicada a publicaciones científicas referente a psicología, nos habla sobre los efectos negativos de vivir en un entorno desordenado y caótico.
Dicho estudio señala que cuando vivimos en un entorno de esas características, puede afectar directamente en nuestras emociones y sentimientos. Siendo algo que se retroalimenta mutuamente desde el interior hacia el exterior, y desde el exterior hacia el interior, reduciendo la sensación de bienestar, felicidad y seguridad.
Catherine Roster, una de las autoras de dicho estudio, profesora de la Anderson School of Management de la Universidad de Nuevo México, dice textualmente que «nuestros hogares pueden estar desordenados y abarrotados porque nos sentimos abrumados y desorganizados mentalmente”
El desorden y el caos en nuestro entorno no solo provoca pérdida de productividad, sino que también se demuestra que puede disminuir la capacidad de uno para concentrarse y tomar decisiones.
Otra investigación llevada adelante por la misma Roster demuestra que en el ámbito laboral ocurre algo similar. De modo que trabajar en entornos desorganizados pueden provocar rápidamente sentimientos de agotamiento.
En referencia a esto, la misma investigadora señala: «El caos y la desorganización provocan una pérdida de productividad difícil de cuantificar». En este sentido, hace mucho énfasis en la cantidad de tiempo que los empleados y las personas en general pierden buscando objetos perdidos, atrasándose o faltando a citas en el trabajo, la escuela, etc. debido a que llevan una vida desordenada.
Cuantificando la situación señala que las personas, en promedio, llegan a perder un 5 por ciento de su tiempo, tan solo buscando objetos. En consecuencia, debido a la desorganización si tomamos el salario anual de un empleado y lo multiplicamos por ese 5 por ciento, podremos tomar dimensión del daño y las consecuencias monetarias que implica vivir en un ambiente laboral desorganizado.
En consecuencia aquí dejo 6 consejos útiles para organizar nuestra vida, tanto en el trabajo como así también en el hogar.
- Establecer rutinas: incorporar rutinas diarias proporciona estructura y ayuda a reducir el caos. Programar momentos específicos para actividades clave, desde la limpieza hasta el trabajo y el tiempo de ocio.
- Despejar los espacios: hacer limpieza periódica. Deshacerse de elementos innecesarios organizar las pertenencias. Un espacio despejado visualmente contribuye a una mente más clara.
- Hacer una lista de tareas: Esto facilita a tener metas claras y definidas, lo cual reduce la sensación de estar abrumado y nos mantiene enfocados.
- Segmentar los espacios: Designar áreas específicas para diferentes actividades. Esto nos ayuda y facilita el mantenimiento del orden.
- Programar los momentos de descanso: Es importante que durante el día dediquemos espacios para relajarnos y recargar energías. Un equilibrio adecuado entre trabajo y descanso contribuye a una mente más equilibrada, para ello podemos utilizar el método “Pomodoro”.
- Aprender a delegar: No tenemos por qué enfrentar todo solos. Delegar tareas en casa y en el trabajo puede ser un factor fundamental para aliviar la cargas mentales y emocionales, permitiendo de este modo lograr mayor concentración en aquellas cosas que son realmente importantes.
Juan Carlos Lorenzo
Psic. Social, Master Trainer en PNL y Coach Ontológico