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Cómo el lenguaje encuadra las experiencias

Las palabras no tan sólo representan nuestra experiencia, sino que, a menudo , la «encuadran». Y lo hacen mostrando en primer plano ciertos aspectos de la experiencia y dejando otros en la sombra. Consideremos, por ejemplo, palabras conectivas como «pero», «y» o «aunque».

Cuando conectamos ideas o experiencias con esta clase de palabras, enfocamos la atención sobre distintos aspectos de ellas.

Cuando una persona nos dice que «Hoy es un día soleado, pero mañana lloverá», nos mueve a centrar más nuestra atención sobre la preocupación de la lluvia de mañana que sobre el buen día que hace hoy.

Si alguien, en cambio, conecta ambas frases con la palabra «y» —«Hoy luce el sol y mañana lloverá»—, el resultado queda equilibrado.

Finalmente, si la palabra conectiva es «aunque» —«Hoy luce el sol, aunque mañana lloverá»—, el efecto resultante consiste en centrar nuestra atención sobre la primera parte de la manifestación —el buen día que hace hoy—, dejando la otra en segundo término.

Esta clase de encuadre y «reencuadre» verbal ocurre en todos los casos, con independencia de cuál sea el contenido que se expresa.

Por ejemplo, las afirmaciones «Hoy me siento feliz, pero sé que no durará», «Hoy me siento feliz y sé que no durará» y «Hoy me siento feliz, aunque sé que no durará», generan cambios de énfasis similares a los de las declaraciones anteriores, referentes a la climatología.

Lo mismo sucede con las expresiones «Deseo alcanzar mi objetivo, pero tengo un problema», «Deseo alcanzar mi objetivo y tengo un problema» y «Deseo alcanzar mi objetivo, aunque tengo un problema».

Cuando alguna estructura se ajusta de este modo a diferentes contenidos, la denominamos patrón.

Algunas personas, por ejemplo, funcionan con un patrón habitual que minimiza constantemente el lado positivo de su experiencia con la palabra «pero». “Te quiero,pero” ,”es una buena persona,pero”…

Este modo de expresión termina dinamitando toda posibilidad de construcción positiva sobre la persona o la situación.

Comencemos a tomar consciencia sobre cómo nos expresamos , y prestemos atención a la carga emocional que nos presentan este tipo de conectores. Seamos dueños de nuestras emociones, amos de nuestra palabra y verás cómo tu percepción de la realidad y( en consecuencia tu accionar)se modifica para hacerte crecer y lograr tus metas.

Espero que estos párrafos sirvan para profundizar sobre el uso que le damos a nuestro lenguaje.

Juan Carlos Lorenzo

Arquitecto, Psicólogo Social
Master Trainer en PNL & Coach Ontológico

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